Buenas a todos, hago mi debut en
el blog de mis queridas compañeras hablando de algo que, aunque no es lo más
usual, desempeñan bastantes opositores, el compaginarlo con el trabajo.
He de empezar diciendo que soy un
opositor de los que se pueden considerar veterano, ya que este noviembre cumplí
mi primer lustro opositando a la Carrera Judicial. ¿Qué se siente al llevar
tanto tiempo estudiando una oposición de tal calibre? Esta cuestión la expondré
en otras entradas posteriores, si las blogueras tienen a bien seguir leyendo
mis experiencias vitales (sin dormirse).
Terminé la carrera en junio de
2007, un viernes, y empecé a trabajar el lunes siguiente, en Banca, con la idea
de sacarme algo de dinero de cara a empezar la oposición durante el verano, ya
que no empezaría hasta octubre a estudiar y así no tener que utilizar el manido
“papádáme”. En el trabajo las cosas me iban bien, estaba contento y me sentía
realizado, así que llegó septiembre, octubre y seguí trabajando, con la novedad
de que a la vez me ponía a opositar.
Lo que empezó como algo eventual
se convirtió ya en rutina, en compaginar trabajo y oposición, hasta llegar con
ese binomio hasta enero de 2010 de una manera continua. El modus operandi era el siguiente: levantarse a las 6.30, desayunar,
irse a trabajar de 8 a 3 y algo, comer a las 4 y a las 4.30 ponerse a estudiar
hasta las 9.30 o 9.45. Algunos pueden pensar que es muy duro, que realmente lo
es, pero te da ciertas ventajas que ser opositor a tiempo completo no te da.
Como ejemplos podría citar el que al tener más libertad económica, no estás tan
agobiado con la idea de tener que sacarte una plaza para tener algo de independencia,
aunque sea solo de este tipo; el abstraerte por la mañana de los estudios en
algo productivo, que hace que no te consuma tanto por dentro; el socializar,
cosa que personalmente me encanta; el saber que tienes menos tiempo para
estudiar y por lo tanto, el que tienes lo aprovechas mucho más y no cuentas las
gotas del gotelé de la pared. Estos son meros ejemplos que me pueden venir a la
mente, aunque cada persona es un mundo y si algún lector oposita y trabaja,
seguro que sacará a colación o le vendrá a la mente algún otro.
Tuve que dejar de trabajar para
centrarme 100% en la oposición, para no seguir dilatándola, pero hace unos
meses me animé a seguir en otro proyecto que también me gusta y esta vez
relacionado con el Derecho, el trabajar como procurador habilitado, cosa que
cumple en bastantes premisas lo que busco en un trabajo como son socializar,
hacer algo dinámico, airearme por las mañanas y lo más importante ahora que soy
un opositor veterano… ver expedientes, demandas, todo tipo de resoluciones y…
asistir a juicios. Cómo se aprende asistiendo a juicios, cómo se relaciona lo
que hemos estudiado con lo que se ve en la realidad… Sobre eso también podría
dar mi punto de vista, si Irene y Pía no me han metido un virus en el PC para
que deje de escribir.
Ahora, mi vida profesional, por
así decir, se compone de oposición y procura, la llevanza de ambas tareas y de
momento no puedo decir más que estoy muy contento de salir de la cueva unas
horas al día, aunque sean poquitas, y sentirme útil durante un rato al día.
No quería despedirme sin daros un
abrazo a todos y desearos lo mejor en este camino que es la oposición.