Detrás de los cantes...

Intentando sobrevivir a esto de opositar, compartiendo este arduo camino salpicado de anécdotas, experiencias y buen humor, para evitar perder la cabeza, ¿te apuntas?

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viernes, 27 de septiembre de 2013

No todas las semanas son buenas...

No todas las semanas son buenas... Pero hay que sobreponerse a las circunstancias.

Sin duda, la oposición es algo a medio/largo plazo y, por ello, nuestra vida pasará por distintas etapas. Hay momentos buenísimos en los que tenemos ganas de comernos los temas a pares. Pero siempre habrá días, semanas, incluso meses peores, porque al fin y al cabo la vida no es solo memorizar apuntes metidos en una burbuja.

¿Sabéis qué? Esos son los momentos en los que realmente sacamos lo mejor de nosotros y nos demostramos hasta qué punto somos adultos, maduros y capaces de sobreponernos a las situaciones. No hay que tener miedo a un mal cante o a aflojar un poco el ritmo mientras ponemos orden interno. Si hay algo que he aprendido hasta ahora es que nuestros preparadores son humanos y saben perfectamente que no se puede estar al 100% los 365 días del año; ellos nos van a apretar pero nunca a ahogar (y si os ahogan, quizá no sea el preparador que os venga mejor, bajo mi humilde opinión). 


Aun en los momentos difíciles, os animo a intentarlo; a llevar los temas, aunque sean pocos y justos; a forzaros a sentaros delante de los libros; a ir a cantar aunque hagáis cantes reguleros o incluso malillos, para aprender de los errores. 

No os sentéis a ver los días pasar, porque alguien una vez dijo, con mucha razón, que el que no lucha no puede ganar.

No os dejéis vencer por las malas rachas.

No dejéis vuestros sueños en suspense mientras os laméis las heridas.

El mundo no se para, llueva o haga sol para ti. Pero siempre puedes correr bajo la lluvia: irás más despacio, pero llegarás a tu objetivo.

@icpinilla


martes, 10 de septiembre de 2013

Estudiar, estudiando, estudiado...

Estudiar no es fácil. Estudiar algo que no nos gusta es una tortura. Pero que te digan cómo debes estudiar y que tú intentes hacerlo, para mí es un horror mayor.

Cuando nos sentamos a estudiar algo, cuanto más una oposición que conlleva muchas horas ante apuntes, tenemos que tener claro algo: cada persona es un mundo. Algunas estudian mejor por la mañana, otras echan más horas por la tarde y hay gente que se queda estudiando hasta altas horas de la madrugada. Hay personas a las que una sola hora les cunde como a otras dos o tres horas porque estudian de modo distinto y su cabeza funciona de otra manera (a lo mejor la primera persona necesita luego más repaso mientras que la segunda va al cante prácticamente sin repaso alguno).

No os puedo decir (ni yo ni nadie) cómo os conviene a cada uno estudiar, pero sí podemos establecer una serie de pautas que son útiles y unos consejos desde la experiencia de cada uno.

Estudiando hay que estar cómodo, primeramente y antes de empezar. Tanto por el asiento como por el ambiente. ¿O me vais a negar que intentar estudiar en una biblioteca con aire acondicionado a tope y tú muerto de frío no es perder el tiempo?  Hay que tener a mano todo lo que vamos a necesitar, sobre todo libros, códigos, papel y bolígrafo. Hay un factor común para todo el mundo: es contraproducente levantarnos 48 veces a por agua, a por algo para picar, al baño, a mirar el teléfono...

Ah, sí, el teléfono, amigo y enemigo a la vez. No nos podemos mentir: con tanto whatsapp, line, facebook, twitter y cia, tenemos más mérito sacándonos la oposición que hace 5 años :P Aquí solo hay una solución: fuerza de voluntad, ya sea dejando el teléfono guardado o apagado, desconectando los datos o sin hacerle caso hasta los descansos. Donde digo teléfono digo ordenador, ipad, ebook o nuestro amigo Pepito el de los Palotes viniendo a casa a tomarse un café todos los días.

Y algo muy importante: no hay que marcarse una planificación de estudio del día irreal. Somos personas, con límites, nos distraemos, necesitamos descansos... No os machaquéis por no cumplir un planning de 300 temas como si fueseis máquinas. Cada uno a su ritmo, y teniendo en cuenta que hay días mejores y peores, días en que el cansancio se acumula y días en que tenemos la sensación de poder comernos el mundo. 

Y una vez estudiado...  Tan importante es estudiar como luego descansar. No se sobrevive a esto estando delante de los libros día y noche, cada día de la semana e ignorando todo lo demás. Hay una vida, hay aficiones que cultivar, hay que salir a dar paseos, a tomarse un refresco con los amigos y reír un rato, ver películas o tirarse en el sofá en familia... En definitiva, nuestra mayor arma es nuestra cabeza pero no es una máquina: concededla los descansos que se merece o esto se hará mucho más cuesta arriba.

Y no os permitáis perder vuestra vida por la oposición. Si bien es cierto que esto nos roba mucho tiempo, nuestra familia y amigos están ahí apoyando siempre y de vez en cuando también necesitan que estemos nosotros en la medida en la que podamos. No implica que si Fulanita nos llama a las 6 de la tarde un miércoles porque está frustrada con su trabajo, dejemos todo y salgamos corriendo. No, no y mil veces no. Significa que, cuando no estamos estudiando, podemos tomarnos un refresco con un colega o ir al cine aunque sea miércoles sin sentirnos culpables, siempre que hayamos cumplido con nuestro estudio.

Y vosotros, ¿añadiríais algo? ;)

- Irene. 

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