“Sé cuál es mi suerte. Un día mi nombre irá unido a algo gigantesco, al
recuerdo de una crisis como jamás la ha habido en la tierra, del más profundo
enfrentamiento de conciencia, de un juicio definitivo, mediante un conjuro,
contra todo lo que hasta ese momento se habría creído, exigido y santificado.
Yo no soy un hombre, soy dinamita”. (FRIEDRICH NIETZSCHE)
Creo que mejor cita no puede
existir sobre qué buscamos los opositores y, sobretodo, cómo lograrlo.
Hubiéramos podido escoger el camino fácil de encontrar un empleo, y antes o
después se hubiera encontrado, llegando a ganar, antes o después, la misma
cantidad (o incluso más) de dinero que la plaza por la que peleamos. Pero cada
uno es dueño de su destino, y al contrario que lo dicho tiempo ha, hemos escogido
pelear a la vez contra los hombres y contra los elementos.
Se
me ha dicho que cuente mi experiencia de la oposición, mas ¿qué contar? Supongo
que yo soy yo y mis circunstancias, como todos los que lean estas líneas. Todas
las decisiones que tomamos en vida, que sólo es una y por tanto hay que saber
decidir acertadamente, tienen una razón de ser.
Me
crié en un suburbio, un barrio obrero en cierto modo marginal de Barcelona,
producto de la inmigración de los años 60. Y si algo tengo claro desde que
tengo conciencia, es que tengo que salir de aquí y poder dar a mis padres la
vida que hubieran deseado tener. Han pasado su vida sacrificada, trabajando de
sol a sol, sin vacaciones la mayoría de años, para darnos la oportunidad a mi
hermano y a mí que ellos no tuvieron. Y mi responsabilidad es aprovecharla y
procurarles una mejor vida.
Desde pequeño
fui enseñado en que en esta vida nadie regala nada, y todo lo que uno quiera
tiene que trabajarlo porque nadie te va a ayudar. A edad temprana me di cuenta
que la única forma de poder hacerlo era estudiar más y mejor que nadie. Por esa
razón, cosa inusual donde vivo, me licencié y decidí opositar a judicaturas
para encontrar esa oportunidad. Sin embargo, llegó un problema.
¿Qué problema
fue? La crisis. Una crisis depredadora de las clases populares, aniquiladora de
la clase media y de la estabilidad de millones de familias españolas. Y este es
mi caso: mis padres perdieron el empleo cuando estaba terminando la carrera y
aún me quedaba lo realmente difícil que era opositar. Tomé la decisión de
trabajar mi último año de carrera para conseguir el dinero necesario para la
oposición, pero nunca hubiera imaginado que pudiera llegar a ser tan caro
opositar. Y menos aún el material.
Por esta razón,
no me quedó otro remedio que volcarme en un trabajo de fin de semana que
anteriormente lo tenía simplemente como afición y buscar un complemento al
mismo. Esta afición de fin de semana, sin embargo, pronto, debido a la crisis,
pasó a profesionalizarse y poco a poco comenzó a exigir más y más tiempo. Y por
encima de todo mucha preparación: pruebas físicas realmente duras y pruebas
teóricas aún peores. Aún así, tenía que encontrar un complemento salarial para
ayudar en casa.
Por esa razón
no tengo horario de estudio definido la mayoría de días, tan necesario en la
oposición: robo horas al día para dedicarlas al estudio, llegando a irme a
dormir algunos días a altas horas de la madrugada para poder cumplir con el
plan diario de estudio.
Sin embargo,
todas las posibles dificultades que podamos tener a la hora de opositar no nos
deben amedrentar y hacernos abandonar nuestro objetivo. Si cada día nos
levantamos temprano, trabajamos duro y somos incesantes en el objetivo
conseguiremos la meta anhelada. Esa es la clave en esta aventura que recorremos
sentados frente a nuestros Carperi: trabajo duro, esfuerzo y no cejar nunca en
el empeño.
Boffo
Barcelona,
2 de junio de 2013
Para que luego digan por ahí que los opositores somos de las élites...
ResponderEliminarBoffo,un testimonio muy alentador.Hay gente a la que hoy le costará menos estudiar por saberse privilegiados.
Buena semana a tod@s!
Impresionante testimonio, animo sigue luchando por tu sueño porque seguro que lo conseguiras! Leyendo este post me siento una privilegiada por solo tener que dedicarle tiempo a estudiar la misma oposicion que tu, adimiro muchisimo tu esfuerzo y es un honor contar con compañeros como tu! Seras un estupendo jurista! (Inma)
ResponderEliminarEnorme! Para llegar a la meta hay caminos más rectos y más tortuosos, pero la meta está ahí, siempre visible y ello no hace más que anhelarla aun. Un abrazo
ResponderEliminarGRANDE boffo, GRANDE...
ResponderEliminarBoffo muchos ánimos y no dejes tu objetivo a medio camino!
ResponderEliminarNo tengo palabras, eres un luchador nato y llegarás muy lejos :-). Es un testimonio duro pero enriquecedor! Ánimo
ResponderEliminarUn beso!
Enhorabuena x el post. Eres el ejemplo de la superacion y llegaras alto muy alto...porque a quien selo dan todo no disfruta del exito. No habra quien t pare..y yo tambien soy de la opinion deq los sueños estan para cumplirse y q con esfuerzo todo se consigue. Animo y a x todas compañero
ResponderEliminarMuy inspiradora esta entrada. Te mereces conseguir todo lo que te propongas, y seguro que lo haces. Un saludo y mucha fuerza!!!
ResponderEliminarBoffo ANIMO!!! Comentaros como el tuyo hacen apreciar más lo que tenemos, aunque sea poco, y rendir más en el estudio. Esfuérzate aunque te quedes dormido delante de los apuntes!! Vale la pena luego conseguir el ansiado premio, aunque pueda parecerte lejano.
ResponderEliminarAquí un futuro opositor a Inspección de Hacienda. Suelo leeros, primera vez que escribo.
ResponderEliminarSolo quería decir lo sioguiente:
Chapeau, y ojalá lo consigas pronto.
Un saludo.
Me siento indentificada. Compaginé la carrera los cinco años de carrera con un trabajo de 30 horas semanales, que me permitía pagarme la matrícula y ahorrar para costearme el preparador, los apuntes u algún café. No sé como lo haces con las oposiciones, tienes todo mi admiración.
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