Está muy bien que admiremos a las personas que nos rodean, nos ayudan y nos ayudan a crecer. Pero a veces dejamos de lado a una persona más que importarte, una persona imprescindible: nosotros mismos.
No es falta de humildad; es amor propio, el primer amor que deberíamos sentir en nuestras vidas, y el que nunca debe apagarse.
No solo los exámenes y los preparadores o academias deben ser los que aprecien nuestro trabajo. Debemos sentirnos orgullosos de levantarnos cada día con fuerzas, ponernos a estudiar lo mismo una y otra vez, sin dejar que la rutina nos consuma. Cuando hacemos un cante o un simulacro con buenos resultados, debemos valorarlo, darnos la enhorabuena porque avanzamos, estamos un pasito más cerca de nuestras metas.
Hacemos sacrificios. Sacamos fuerza de voluntad. Movemos cielo y tierra para organizarnos. Buscamos la concentración. Seguimos un poquito más, aunque las fuerzas nos hayan abandonado.
Hoy, compañero opositor, date las gracias a ti mismo por haber tomado una decisión tras otra para llegar hasta aquí, por trazar tu carretera, por aprender y avanzar hacia tus sueños.
Hoy, valórate y estate orgulloso de ti mismo.
Hoy, sé tu propio héroe.
Muy bonita, cuantas veces, sobre todo cuando llevamos ya un largo recorrido de oposición se nos olvida esto. Gracias por recordarnoslo tambien. :)
ResponderEliminarMe encanta! Gracias por cargarnos de optimismo con cada entrada!
ResponderEliminarEste post me ha venido que ni caído del cielo, por el momento en que me encuentro en la oposición, ya sabéis,cuando te empieza a pesar tanta rutina de estudio y, aunque los preparadores nos motiven, si no valoramos nosotros el esfuerzo que estamos haciendo, nada de esto tendría sentido; muchos ánimos a todos compañeros¡¡¡ día a día conquistaremos el mundo (Nuestra plaza) ;)
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