Creo que prácticamente ningún opositor está seguro de sí mismo al 100% cuando empieza la cuenta atrás paralos exámenes. Es muy difícil conciliar el sueño dando vueltas a qué pasará si suspendes, si vuelves a quedarte en la primera fase, si te quedas en blanco, si deberías cambiar de oposición o incluso dejarlo... Todo se va haciendo una bola que termina por aplastarnos si no tenemos cuidado.
¿Sabéis qué pienso? Que no es el momento de que los miedos nos superen, sino de empujarlos al fondo del cajón de "cosas para resolver, no en casos hipotéticos, sino si ocurren de verdad".
Ahora hay que ponerse objetivos coherentes e intentar llegar a ellos, dando lo mejor de nosotros mismos. Me explico: no tiene sentido agobiarse por la convocatoria si llevas 4 meses opositando y/o una quinta parte del primer examen. Tu objetivo en este caso debería encaminarse más a ver cómo es el examen y a hacer bien la parte que llevas estudiada, y menos a subirte por las paredes con vía intravenosa de tila.
En general, nuestra misión es dejarnos la piel por lo que podamos hacer, ponernos objetivos acordes con nuestra trayectoria, sin importar el número de plazas, ni la gente que se presente.
Pero dejarse la piel, no la vida. ¿De qué sirve presentarse sin comer, descansar, ni darse un respiro de vez en cuando, si en ese estado no vas a ser capaz ni de leer el examen? Que hay gente muy exagerada, es verídico.
Pero dejarse la piel, no la vida. ¿De qué sirve presentarse sin comer, descansar, ni darse un respiro de vez en cuando, si en ese estado no vas a ser capaz ni de leer el examen? Que hay gente muy exagerada, es verídico.
No importa el número de plazas ni el ratio de presentados, hay que estudiar pensando en que una de esas plazas tiene tu nombre, y ya está.
Las rachas vienen y van, pero el sacrificio del estudio durante meses, años, no desaparece los días previos al examen, aunque a veces nos sintamos así.
Cuando los temores aparezcan, podemos tomarnos un segundo para parar, cerrar los ojos, respirar y empujarlos muy lejos de aquí. Lo importante es el aquí y ahora, aprovechando cada instante y apuntando muy alto. Confianza en nosotros mismos, ante todo, porque no somos perfectos, pero el esfuerzo, la constancia, la ilusión, terminan dando sus beneficios.
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Cuando los temores aparezcan, podemos tomarnos un segundo para parar, cerrar los ojos, respirar y empujarlos muy lejos de aquí. Lo importante es el aquí y ahora, aprovechando cada instante y apuntando muy alto. Confianza en nosotros mismos, ante todo, porque no somos perfectos, pero el esfuerzo, la constancia, la ilusión, terminan dando sus beneficios.
Muchíiisimas gracias, me ha venido muy bien esta lectura. Leeros me hace no tirar la toalla.
ResponderEliminarSeamos realistas
ResponderEliminarMuchas gracias por la entrada :D
ResponderEliminarYo quiero creer lo que decís: "pero el sacrificio del estudio durante meses, años, no desaparece los días previos al examen, aunque a veces nos sintamos así."
Un saludo y gracias de nuevo por la entrada, también me ha venido muy bien leerla.
Hola, soy opositora de secundaria, profesora de lengua y literatura, estoy a una semana justa del examen y gracias a mi hermana descubrí ayer este blog. He leído varios post y me he dado cuenta de que no soy una excepción, sino una norma... La cosa más normal del mundo me ha dado un empujón para esta última semana. Yo tengo también un blog y algo escrito sobre oposiciones, quizá te lo mande y colabore por aquí en lo que pueda. Mi visión también es la de apretar, esforzarme pero vivir y disfrutar del camino. No soy partidaria de aparcar la vida, no merece la pena.
ResponderEliminarGracias por el apoyo moral.