Hay días en que desearía tirar los apuntes por la ventana. Y fugarme. Sí, por favor, fugarme a una isla del Caribe donde montar un chiringuito y tomarme vacaciones cuando me dé la gana. También me valdría un sofá en un sitio calentito y resguardado donde tumbarme a ver las horas pasar, sin nada en la lista de tareas por hacer, sin ningún cargo de conciencia por desconectar del mundo una hora o cinco.
Y es que esto de opositar a veces desquicia a cualquiera, como personas que somos. Es una rutina llena de sacrificios, día tras día, mezclado con la incertidumbre de las convocatorias: que si cuándo saldrá, que si cuántas plazas, que si cuánto tiempo entre exámenes... O incluso, por desgracia, en los tiempos que corren, a veces nos encontramos preguntándonos si la convocatoria saldrá siquiera.
Aguantamos que nos pregunten por qué opositamos, si no somos mayorcitos para seguir estudiando, que qué haremos si suspendemos; soportamos, incluso, que menosprecien nuestro esfuerzo diario porque, total, pasamos el día en casa sentados, eso no puede ser para tanto.
Al final, todo cansa. Nos encontramos con nosotros mismos pensando si de verdad podemos con ello, si merece la pena o simplemente una asignatura se nos presenta como un muro inmenso que parece que nos aplasta y nos hará suspender sí o sí.
A veces es sencillo superar el "bajón": cerrar los libros ese día, salir a tomar el aire o llamar a alguien que nos eche un cable para desconectar un rato y coger fuerzas. Mañana volverá a salir el sol.
En otros momentos, los baches duran más. Pero todo termina siendo cuestión de actitud, de buscarnos a nosotros mismos y preguntarnos: ¿por qué decidí empezar a opositar? ¿cuál es mi objetivo, mi meta, mi sueño? Hay que creer en uno mismo y dejarse llevar por lo que despierta nuestras ganas de luchar cada batalla.
Y como dijo Steve Jobs: "Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna manera en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se unirán te darán la confianza de seguir tu corazón."
Aguantamos que nos pregunten por qué opositamos, si no somos mayorcitos para seguir estudiando, que qué haremos si suspendemos; soportamos, incluso, que menosprecien nuestro esfuerzo diario porque, total, pasamos el día en casa sentados, eso no puede ser para tanto.
Al final, todo cansa. Nos encontramos con nosotros mismos pensando si de verdad podemos con ello, si merece la pena o simplemente una asignatura se nos presenta como un muro inmenso que parece que nos aplasta y nos hará suspender sí o sí.
A veces es sencillo superar el "bajón": cerrar los libros ese día, salir a tomar el aire o llamar a alguien que nos eche un cable para desconectar un rato y coger fuerzas. Mañana volverá a salir el sol.
En otros momentos, los baches duran más. Pero todo termina siendo cuestión de actitud, de buscarnos a nosotros mismos y preguntarnos: ¿por qué decidí empezar a opositar? ¿cuál es mi objetivo, mi meta, mi sueño? Hay que creer en uno mismo y dejarse llevar por lo que despierta nuestras ganas de luchar cada batalla.
Y como dijo Steve Jobs: "Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna manera en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se unirán te darán la confianza de seguir tu corazón."
photo credit: orchestrating light via photopin (license) |
¡Ay! Como te entiendo. Sabias palabras.
ResponderEliminarNo sabes hasta que punto te entiendo! Descubrí este blog hace unos días y no puedo sentirme más identificada!! Mucho ánimo , lo vamos a conseguir :)
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