Detrás de los cantes...

Intentando sobrevivir a esto de opositar, compartiendo este arduo camino salpicado de anécdotas, experiencias y buen humor, para evitar perder la cabeza, ¿te apuntas?

AVISO: Queda prohibida cualquier tipo de reproducción total o parcial de cualquiera de los posts de este blog. Gracias por respetar el trabajo de los demás.



viernes, 30 de octubre de 2015

En la línea de salida

Colócate cada mañana en la línea de salida. Tu objetivo: darlo todo hoy para estar más cerca de donde quieres estar mañana.

Esta carrera no es fácil, porque empiezas a correr sin saber si vas a hacer media maratón, una entera o varias empalmadas. Vas a pasar por etapas más sencillas, etapas con pendiente pronunciada y etapas donde querrás tirarlo todo por un barranco y plantarte.

Y esta prueba, como cualquier otra de la vida, necesita su preparación, su tiempo de desarrollo. Paciencia. Tesón. Sacrificio. Ganas. Ni siquiera los mejores deportistas, aquellos que hacen reveses de raqueta de forma natural o manejan motos como si volasen o meten triples con los ojos cerrados, ni siquiera ellos llegan a sus sueños sin trabajar ni llegan de la noche a la mañana.

Este verano me dijeron que la oposición es como una prueba deportiva de alto nivel, con mucha exigencia mental y también física. Poco agradecida en el día a día, durante los entrenamientos, donde no ves resultados tangibles; que a veces pide que des más y más, hasta dejarte sin energía. Pero que cuando se logra el objetivo, la satisfacción cura todas las heridas y el cansancio.

¿Sabes cuál es el truco? No ponerte límites. O más importante aún: no inventarte límites que no tienes. Intentar siempre dar un paso más hacia delante. Siempre hacia delante.

Y si hoy no puedes más, para, descansa, coge fuerzas. Pero mañana levántate y vuelve a ponerte en la línea de salida.

Tienes dentro de ti todo lo que necesitas para superar los desafíos de la vida.” - Brian Tracy
Os invito a seguir este consejo de Quiérete Mucho ;)

viernes, 23 de octubre de 2015

Poniendo un poco de color a las etapas grises

La vida durante la oposición dista mucho de ser perfecta en el día a día general. No hace falta tener ninguna situación externa para que el opositor se sienta cansado y, a veces, frustrado, porque eso lo da ya de forma natural nuestra tarea diaria, repleta de esfuerzo cuyos resultados no vemos a corto plazo. Digamos que esto de opositar es un salto de fe en muchos sentidos.

Aunque a veces la gente de nuestro alrededor no lo entienda, esa frustración va haciendo mella día tras día. Por muy optimistas que seamos, es inevitable que durante el tiempo de la oposición tengamos rachas en las que vemos todo como si fuese un largo día gris, de esos en que ni llueve ni deja de llover. En algunas ocasiones, será un rato o un día desanimado; en otras, se convierte en una etapa más o menos larga, donde no solo batallamos con los libros y apuntes, sino contra nosotros mismos.

Al final, nosotros somos los jueces más duros, nuestro peor enemigo.

Pero igual que somos los que tiramos hacia abajo de nosotros mismos, también tenemos que ser quien nos saque a flote, porque el mundo no deja de girar aunque nosotros nos quedemos quietecitos en un rincón.

Los que nos quieren, estarán ahí, sin duda. Aunque, la verdad, no necesitamos que nadie nos diga algo tipo "¡este es tu año, segurísimo, con todo el tiempo que llevas estudiando!" o "pobre, lo que necesitas es un fin de semana sin estudiar". En realidad, es preferible rodearnos de personas que sencillamente nos escuchen si lo necesitamos o que nos ayuden a desconectar y ver el mundo que hay más allá de nuestros libros.

photo credit: Umbrellas via photopin (license)
Pero si nosotros no intentamos ver las cosas de un modo distinto, no hay nada que hacer. Y es más fácil decirlo, que hacerlo, como todo en esta vida.

Personalmente, en estas ocasiones me he ayudado de pequeñas cosas, como modificar un poco la rutina: cambiar de lugar de estudio, cambiar el propio lugar de estudio (decoración, situación de la mesa...), sacar tiempo para algo que me despeje la cabeza... Detallitos que parecen tontos pero renuevan el aire alrededor y ayudan a cambiar un poco la actitud. Poner un poco de color a esas etapas grises.

Por supuesto, hay veces que se necesitan cambios más notables: estudiar en la biblioteca (o al contrario, en tu casa una temporada), cambiar de preparador o academia... Incluso cambiar de oposición, aunque suene a locura, porque quizá te das cuenta de que te motiva otra profesión.


Sin pasión y ganas por lo que haces, esto deja de ser tu opción y se convierte en una obligación. Lo importante es que no te quedes sentado, compadeciéndote de ti mismo. Sal ahí, y busca algo que te renueve las ganas de comerte la oposición. Y ya sabéis eso de que "si el plan A no te convence, hay 26 letras más en el abecedario".

viernes, 16 de octubre de 2015

Colapsando con las reformas

Entre las peores tareas de un opositor se encuentra, sin duda, introducir modificaciones en el temario. Cortar y pegar reformas sobre los libros, imprimir temas cambiados, tener que volver a subrayar y trabajar sobre los cambios... Y lo peor: borrar de algún modo algo que ya tenías en la cabeza para sustituirlo.

Siempre es molesto, sin duda, pero nos resignamos cuando es poco, dentro de lo que cabe.

Lo peor es la situación actual de aquellas oposiciones donde la legislación tiene gran peso; aunque estoy segura de que en cualquier oposición ha ocurrido en algún momento dado. Hablo de que, en cuestión de pocos meses, las reformas afectan a una gran parte del temario.

Y no es tan sencillo como sentarse mañana y estudiarlo de nuevo. Llegan problemas como que las editoriales no dan a basto a sacar temarios ni Códigos actualizados. Ni tan siquiera se sabe si, con cambios tan grandes en el contenido, los programas de las oposiciones van a mantenerse. Con lo cual, incluso estudiando la nueva legislación, hasta que no haya convocatorias con un programa definitivo publicado, podemos estar perdiendo el tiempo. Pero, a la vez, no podemos estar quietos dejando los días pasar mientras esperamos...

Y, de repente, "plof": opositores colapsando.

photo credit: Lyon Extra Race via photopin (license)

Bueno, ahora que somos un grupo de opositores agobiados, vamos a respirar hondo. La situación es la que hay, no podemos hacer nada por evitarla pero sí por afrontarla sin perder la cabeza o lanzar los apuntes por la ventana. 

Primero, organización: apuntar los temas modificados, pero sin meternos con ello a lo loco. Es mejor ir poco a poco, asentando los cambios para evitar mezclar lo que ya nos sabíamos con lo que ha cambiado. Además, un atracón de modificaciones de este calibre puede llevar semanas y terminaríamos mal (peor aún de lo que estamos) de la cabeza. 

Además, tenemos que recordar que no somos los únicos. No somos rivales en la oposición, somos compañeros de viaje; es absurdo no echar una mano a los demás si, muy probablemente, luego tú necesitarás la suya. Al fin y al cabo, las modificaciones nos entran a todos en los exámenes por venir, estamos en la misma situación desesperada y mal de muchos, "consuelo de opositores".

Hay compañeros, y habrá más seguro en los meses por venir, que han decidido no pasar por un "borrón y cuenta nueva" de tales dimensiones. A vosotros os digo: sois unos valientes y espero que la dirección que habéis tomado os recompense el sacrificio de los años de oposición, porque lo merecéis. Esto no es un fracaso, solo seguir por otro camino. 

Otros compañeros están dejando pasar conocatorias en marcha porque no veían garantías de aprobar y han sopesado que era mejor empezar con los cambios de contenido. Olé vosotros, que seguro que no ha sido fácil. La única decisión errónea es la que no se toma. 

Y, en general, todos los que vamos en este mismo barco, aunque parezca que va a la deriva, no perdáis de vista el motivo que nos llevó a embarcar. Que no haya reforma que nos pueda superar, siempre que estemos decididos a batallar lo necesario. Que no se diga que los opositores somos unos blandos y unos quejicas. ¡Machete entre los dientes y a por ello compañeros!

viernes, 2 de octubre de 2015

Busca tu receta

Tu tarea es descubrir tu mundo y luego entregarte a él con todo tu corazón”. – Buda

En la vida en general, así como en las oposiciones, tendemos a querer seguir los caminos de los demás, a elevar sus experiencias y consejos a máximas de sabiduría, especialmente si viene de una persona que ha tenido éxito donde nosotros queremos llegar. Así, nos da por estudiar con horarios cambiados porque a Fulanito le funcionó en la convocatoria pasada; hacer solo caso a los apuntes sacados de tal o cual lugar porque con esos aprobó Mengano en 2 años; o a estudiar como nos ha dicho Piltrafilla (que es la vecina del primo del compañero de trabajo de tu tío, la que aprobó a la primera): haciendo el pino contra la pared sobre la mano izquierda. 

Ojo: no quiero con esto criticar que intentemos cambiar hábitos o nuestra rutina y preguntemos a otros compañeros. A veces, es normal pedir consejo u otra perspectiva, sobre todo cuando estamos un poco perdidos o nuestras formas de hacer las cosas no nos lleva a ningún avance. 

Lo que no hay que hacer es olvidarnos de nosotros mismos, de cómo funcionan nuestra cabeza y nuestro cuerpo, de lo que nos viene mejor o peor, de adaptar nuestro estudio a nuestras circunstancias, y solo a las nuestras.

Circunstancias, primero, objetivas: a lo mejor nos cunde en una hora la mitad que a otra persona porque necesitamos hacernos más esquemas, por ejemplo, así que tendremos que estudiar más horas al día. O somos personas que estudiamos mejor por la tarde-noche y luego nos levantamos a las 12 de la mañana.  O unos se apañan mejor estudiando directamente de las leyes; y otros necesitan explicaciones detrás (incluso porque falta ya base de la carrera, ¿no os ha ocurrido con ninguna asignatura de la oposición?), así que muchas veces necesitaremos unos libros distintos o de apoyo respecto a los otros.

photo credit: Texture/Background 12 via photopin (license)
Y también, circunstancias personales: las personas con responsabilidades extra como familia a su cargo o trabajos, opositores que tienen que estudiar en biblioteca porque en su casa es imposible y tienen que adaptar sus horarios a ello...

La conclusión que quería sacar con vosotros hoy de todo esto es que no hay que engañarse ni compararse con los demás: no hay un sistema perfecto para aprobar cada oposición, ni un número específico de años, meses y días para estar listo, ni un número de horas estudiadas que te garantice nada. No hagáis caso cuando alguien os diga, por ejemplo, "con un sistema de vueltas no vas a aprobar en la vida" o "si estudias de tales apuntes lo tienes todo hecho", y si os sentís atascados, buscad otro camino, hablad con los preparadores y academias (que están ahí para ayudarnos y aconsejarnos, y no son los únicos que hay), hablad con otros amigos y compañeros, pero siempre mirando lo que os pueda ayudar a vosotros.

Sea como sea, busca tu propia fórmula mágica para lograr tu meta, sin miramientos de los cambios que tengas que hacer para llegar a ella. Para llegar a tu plaza, eres tú quien tiene que dibujar el camino.

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