Detrás de los cantes...

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martes, 10 de diciembre de 2013

Los "canticus horribilis": concepto, efecto y soluciones.

Aunque algunos lo olvidamos a veces, o lo olvidan los que nos rodean, no somos máquinas y, por ello, fallamos. Tener cantes malos, ya sea porque un tema se nos atraviesa, por un momento de nervios o ansiedad o por una mala racha personal, no es el fin del mundo.






Quizá sea una de las sensaciones, en mi opinión, más desagradables de la oposición: quedarse en blanco o fallar en la explicación, o saltarse cosas. Y normalmente, lo que viene después: bronca del preparador, unido a la frustración propia y... ¡boooom! ¿Y qué podemos hacer? Pues mucho. Os doy unos tips unidos a cosas que me dice mi propio preparador:

Lo primero, no os culpéis como si hubieséis cometido el peor de los errores. Bueno, no lo hagáis si no tenéis toda la culpa. Me explico: una cosa es un cante malo por razones como las que he dado antes y otras por razones tales como que te has pasado el fin de semana de descanso o de juerga y resacón. Somos mayorcitos ya como para acatar las consecuencias de nuestras acciones: si el cante malo se debe a que has perdido el tiempo ociosamente, es tu culpa y punto.

Mañana será otro día, con otros temas (o no, porque por ejemplo mi preparador, si ha sido catastrófico, nos hace repetirlos), pero al menos con otra perspectiva. Por esta mañana, si es que cantas pronto, o por hoy para los que cantamos más tarde, déjalo, darse de cabezazos contra el libro y/o las leyes no va a servir de nada, y estudiar frustrado es bastante más complicado eeeergo cunde menos el estudio, ergo más frustración para el saco.

A la que te das un respiro, como dice mi preparador, "descansa, diviértete pero sé bueno". Vamos, que hagas algo que te guste pero no te desmadres.Un paseo, café/cervecita con los amigos, música, ve al cine o ponte a ver series/películas en casa. Lo que sea, pero no le des vueltas.

Mañana levántate haciendo borrón y cuenta nueva. El "canticus horribilis" de ayer no fue definitivo, así que busca resarcirte.

¿Tienes que volver a estudiar ese tema? Dale una nueva perspectiva, haciéndote un esquema con colorines, mirandólo en las leyes, comiendo una onza de chocolate cada vez que acabes un epígrafe...

¿Sigues con otros temas? Pues estaría bien empezar con ellos pensando que van a ser distintos, que te van a ser menos complicados. O al menos no te repitas la cantinela de "va a ser horrible, otro cante horrible" ni mucho menos llegues al extremo de "no valgo para esto". ¿Te acuerdas que en la carrera no todos los temas te gustaban ni se te daban bien, e incluso que alguno te lo dejabas sin estudiar? Pues aquí lo mismo, no te van a gustar todos y cada uno de los temas, y no te puedes saltar ninguno, pero eso no significa que estés en un hoyo del que no puedas salir.

Es importante mantener la calma y la actitud, sino optimista, al menos no negativa: eres tu mayor enemigo, allá tú si quieres chuparte la patita en vez de levantarte y comerte los temas.

Tómate el mal cante como una llamada de atención: no te hundas, pero tampoco te dejes llevar por la marea. Nada y lucha por llegar.





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